El cambio climático se nos echa encima y es muy urgente tomar medidas para estabilizar el calentamiento a un nivel aceptable. El objetivo de 1,5° que se fijó hace 5 años en la conferencia de París está probablemente fuera de nuestro alcance, y lo mismo cabe esperar del objetivo de 2°, dada nuestra incapacidad para tomar las medidas adecuadas.
Hace unos 20 años, durante la conferencia de la Cumbre de la Tierra en Johannesburgo, el presidente francés pronunció estas famosas palabras: "la casa está ardiendo, pero miramos a otra parte". La realidad del cambio climático es ahora tal que el mundo ya no mira a otra parte, sino que debate sobre el color de las mangueras de agua.
La energía nuclear puede ser una de esas mangueras. No puede ser la única, pero argumentar en contra de su uso dada la urgencia de la crisis climática es como argumentar en contra de una manguera de agua por su color cuando una casa está ardiendo.
La energía nuclear no bastará para detener el cambio climático. Sin embargo, puede contribuir en gran medida. Las centrales eléctricas de carbón generan aproximadamente un tercio de las emisiones mundiales de CO2. Éstas pueden ser sustituidas por centrales nucleares en muchos países como Europa, EE.UU., China, India y otros. Es necesario que el mundo se dedique a la energía nuclear al mismo ritmo que lo hizo Francia en los años setenta y ochenta. Este sencillo ejemplo demuestra que es posible aumentar la energía nuclear a un ritmo compatible con la urgencia de la crisis climática.
Francois-Marie Breon
Climatólogo
Autor principal del 5º informe del IPCC
