Como científicos preocupados por el clima, hemos publicado y pronunciado numerosas conferencias sobre la magnitud y la urgencia de la crisis climática provocada por el hombre y los remedios necesarios para resolverla. Una de las principales conclusiones de nuestro trabajo es que el mundo necesitará que todas las fuentes de energía no fósiles disponibles -tanto la energía nuclear como las renovables- se amplíen en las próximas décadas a medida que las emisiones de combustibles fósiles se eliminan tan rápidamente como sea posible. En combinación con la mejora de la eficiencia energética, prevemos un planeta en el que los jóvenes y las generaciones futuras podrán disfrutar de un mundo con abundante energía limpia que tenga una huella medioambiental mínima. Podemos restablecer una composición atmosférica que nos permita alejarnos de una posible catástrofe climática, proporcionando un entorno en el que tanto la naturaleza como las personas puedan prosperar.



En concreto, hemos demostrado en un documento de 2013 que, al desplazar a los combustibles fósiles, durante el último medio siglo la energía nuclear ha evitado más de 2 millones de muertes prematuras inducidas por la contaminación del aire y 80 gigatoneladas de emisiones de CO2, varios órdenes de magnitud más de lo que ha causado y equivalente a cientos de grandes centrales eléctricas de carbón que nunca se hubieran construido. Más recientemente hemos demostrado en un documento de 2019 que si Japón y Alemania hubieran reducido la energía de combustibles fósiles en lugar de la energía nuclear después del accidente de Fukushima, podrían haber evitado más de 28.000 muertes en exceso y 2,4 gigatoneladas de exceso de emisiones de CO2. Del mismo modo, si se cierran prematuramente los reactores nucleares en toda Europa Occidental, esa región podría perder la oportunidad de evitar más de 100.000 muertes prematuras y 7 gigatoneladas de emisiones de CO2 debidas a la quema de combustibles fósiles en los próximos 15 años. 


Por tanto, creemos que no hay una buena base para cerrar los reactores nucleares antes del final de su vida útil en regiones que aún producen electricidad a partir de combustibles fósiles. Además, apoyamos firmemente el desarrollo de reactores nucleares de nueva generación (incluidos los modulares pequeños) como complemento de energías renovables intermitentes como la solar y la eólica; de lo contrario, es probable que el gas natural llene el vacío de suministro, como se hace actualmente (por ejemplo, en Alemania). En este contexto, nos parece muy desafortunado que la mayoría de los ecologistas se nieguen a abandonar sus prejuicios de siempre contra la energía nuclear. Por ello, apoyamos firmemente la misión de Los Verdes por la Energía Nuclear y esperamos que sus esfuerzos tengan éxito rápidamente.

James Hansen, PhD & Pushker Kharecha, PhD

Programa de Ciencia, Concienciación y Soluciones Climáticas Instituto de la Tierra de la Universidad de Columbia, Nueva York, EE.UU. Diciembre de 2020

Compartir

Compartir

¡Comparte este post con tus amigos!