"Para que el mundo logre reducir rápidamente las emisiones necesarias para evitar los peores efectos del cambio climático, los gobiernos, los responsables políticos, las empresas de servicios públicos y los activistas del clima deben centrarse sin fisuras en reducir en una métrica sencilla: la cantidad de gases de efecto invernadero emitidos por unidad de energía consumida.
Esto representa un reto fenomenal; una empresa así requerirá niveles sin precedentes de cooperación decidida entre gobiernos, más allá de jurisdicciones y divisiones políticas. Tendremos que electrificar casi todos los aspectos de nuestro consumo actual de energía, además de desarrollar tecnologías innovadoras y escalables para descarbonizar las áreas de nuestra economía que son notoriamente "difíciles de alcanzar": los procesos industriales, el transporte pesado, la calefacción urbana, el transporte marítimo y la aviación.
No hay duda de que la energía solar y la eólica son valiosas fuentes de energía renovable, producidas a un coste marginal cercano a cero, pero es importante reconocer las limitaciones y los retos asociados a estas fuentes de energía. Estas limitaciones incluyen la variabilidad inherente de su producción y los requisitos y costes adicionales del sistema para proporcionar la flexibilidad de la red, el respaldo (a menudo proporcionado por gas fósil), el almacenamiento y la transmisión que requieren. Hay motivos para ser optimistas y pensar que, a largo plazo, estos problemas podrían resolverse, pero es discutible que estas soluciones se materialicen -a escala suficiente- en los plazos cada vez más cortos de que disponemos.
Piensa en esto:
En el momento de la firma del Protocolo de Kioto en 1997 -hace 23 años-, el 63% de la electricidad mundial se generaba con combustibles fósiles, y éstos representaban el ~80% del total del suministro mundial de energía primaria. ¿En 2019? Alrededor del 63% de la electricidad mundial seguía siendo generada por combustibles fósiles, y los combustibles fósiles seguían representando el 80% del suministro de energía primaria. La guinda de esta terrible realidad es que en 1997, la concentración de CO2 en la atmósfera era de ~365ppm. En 2020, la concentración de CO2 era >410ppm. Esta es la definición misma de "subir por la escalera mecánica hacia abajo". Esto tiene que cambiar, y rápido.
Seamos claros: necesitamos todas las energías limpias posibles y las renovables tienen un papel importante que desempeñar, pero está claro que no estamos avanzando lo suficiente para cumplir nuestros objetivos climáticos. Además, dada la asombrosa magnitud y velocidad de nuestra emergencia climática, no tiene ningún sentido que los ecologistas den la espalda a la energía nuclear con bajas emisiones de carbono, y menos aún que pidan su cierre anticipado, como ha ocurrido en otros lugares de Europa, recientemente en Bélgica con el recién formado gobierno de coalición, a instancias explícitas de los Verdes belgas, socios de coalición.
Por ello, insto a todos los verdes y ecologistas antinucleares a que reflexionen sobre su postura ante la energía nuclear y reconsideren sus prejuicios. Hemos entrado en una época en la que todo el mundo necesita reevaluar radicalmente hábitos anteriores de pensamiento y comportamiento, y los compañeros Verdes y el lobby ecologista no deberían sentirse por encima de esa exigencia."
Mark Yelland, miembro del Partido Verde, Brighton & Hove
